La noche anterior, batir las claras y pintar suavemente los frutos rojos con un pincel. Espolvorear con azúcar y reservar fuera de la nevera hasta el día siguiente.
El día de la comida, trocear el chocolate blanco y colocarlo en un bol o jarra.
Poner la leche, la nata y la canela en un cazo al fuego y llevar a ebullición.
Apartar del fuego y tapar con papel film para que infusione durante 15 minutos.
Colar la infusión y añadirla sobre el chocolate blanco.
Triturar con ayuda de una batidora y verter la preparación en las copas.
Servir las copas junto a los frutos rojos escarchados, espolvoreándolos en el último momento con azúcar glass.