Poner en el vaso la mariposa, añadir la cebolla cortada en juliana, el aceite Virgen Extra y la mantequilla. Programar 30 minutos, varoma, velocidad 1.
Agregar el caramelo líquido, la sal y programar 3 minutos, 100º, velocidad 1.
Reservar.
Del solomillo:
Poner en una sartén un chorro de aceite a fuego alto.
Cuando el aceite esté caliente, echar el solomillo a la sartén y sellarlo unos minutos por cada lado, hasta que esté doradito.
Salpimentar y reservar.
Estirar la lámina de hojaldre y colocar en el centro un poco de cebolla caramelizada fría, extendiéndola con una cuchara.
Poner el solomillo encima, ya frio, y echar sobre éste más cebolla caramelizada.
Recortar los excesos de hojaldre que usaremos luego para decorar nuestro Solomillo Wellington.
Cerrar el solomillo con el hojaldre como si se tratara de un paquete. Batir el huevo y pincelar las uniones.
Dejar la unión de los extremos del hojaldre hacia abajo -quedará más bonito si no se ve-, dar la vuelta al paquete y adornar la parte de arriba.
Pincelar con el huevo batido para que quede doradito.
Colocar los solomillos en fuentes de barro y hornear en horno de leña, si se tiene, a 180º-200ºC durante 40 minutos. Si se dora muy rápido, tapar con papel de aluminio.